El centro de detención Alligator Alcatraz, ubicado en pleno humedal de los Everglades (Florida), recibió esta semana a sus primeros migrantes, en medio de una ola de protestas por las condiciones inhumanas del lugar. La instalación, levantada en solo ocho días bajo órdenes de emergencia del gobernador Ron DeSantis, forma parte del nuevo plan federal de deportaciones masivas impulsado por la administración del presidente Donald Trump.
La llegada del primer grupo la confirmó el fiscal general de Florida, James Uthmeier, a través de la red social X el miércoles por la noche. De inmediato, organizaciones civiles y defensoras de derechos humanos denunciaron que el lugar no garantiza el acceso a justicia, protección humanitaria ni condiciones mínimas de dignidad.
Migrantes detenidos en condiciones críticas

Alligator Alcatraz está ubicado en una zona remota del sur de Florida, dentro del aeropuerto Dade-Collier, rodeado de pantanos y fauna salvaje como caimanes y pitones.
El centro, construido con carpas y remolques improvisados, tiene capacidad para albergar hasta 5,000 personas.
Sin embargo, ya se han documentado filtraciones de agua en las instalaciones de Alligator Alcatraz tras una tormenta, lo que ha generado preocupación sobre su capacidad para resistir la temporada de huracanes.
Fotografías difundidas en redes sociales muestran grandes charcos dentro de las carpas, justo horas después de una visita del presidente Trump al lugar.
Organizaciones como Human Rights Watch y American Immigration Council alertaron que los migrantes detenidos no tienen acceso claro a abogados.
Tampoco contacto con sus familias ni hay garantías de que se supervise el trato que reciben.
Protestas legales y ambientales

Un total de más de 60 organizaciones de derechos civiles, ambientales e indígenas han exigido el cierre inmediato de Alligator Alcatraz, calificándolo como una amenaza para la vida humana y el ecosistema.
El lugar se encuentra en una zona ecológica sensible y no se sometió a una evaluación ambiental completa antes de su construcción.
La organización Friends of the Everglades y el Centro para la Diversidad Biológica ya han presentado demandas contra el estado de Florida.
Además, comunidades nativas han denunciado que el centro fue construido sobre tierras consideradas sagradas, sin consulta previa.
Polémica mediática y burla institucional
Durante su visita al centro, el presidente Trump bromeó sobre los caimanes como posibles guardianes naturales del lugar.
Compartió en redes sociales imágenes de mercancía oficial con el logo de Alligator Alcatraz, incluyendo camisetas y tazas con dibujos de caimanes y pitones.
El centro tiene capacidad para albergar hasta 5,000 personas
Estas acciones han sido calificadas por activistas como una burla cruel ante una crisis humanitaria que afecta a miles de migrantes, muchos de ellos hispanos.
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