Pedro Infante, uno de los máximos exponentes de la Época de Oro del cine mexicano, no solo brilló en la pantalla grande, sino que también dejó un legado musical imborrable que hoy sigue vivo, especialmente entre la comunidad hispana en Estados Unidos. Nacido el 18 de noviembre de 1917 en Mazatlán, Sinaloa, y criado en Guamúchil, Infante se convirtió en una figura entrañable gracias a su carisma, humildad y una voz que transmitía emoción pura.
A pesar de su trágica muerte en un accidente aéreo el 15 de abril de 1957, su legado ha trascendido generaciones. A lo largo de su carrera, Pedro Infante participó en más de 60 películas y grabó alrededor de 350 canciones, muchas de las cuales siguen sonando en hogares, estaciones de radio y playlists digitales hasta el día de hoy.
Los éxitos que marcaron generaciones

El repertorio de Pedro Infante abarca géneros como el bolero, la ranchera y la música vernácula mexicana, convirtiéndolo en una figura clave en la identidad musical de millones de hispanos.
Infante grabó más de 350 canciones a lo largo de su carrera, dejando un repertorio que ha perdurado por décadas. Entre sus éxitos más memorables se encuentran:
Amorcito Corazón: Esta balada se convirtió en un clásico instantáneo. Interpretado por Pedro Infante en la película Nosotros los Pobres (1948), se convirtió en símbolo del amor puro y sencillo. Su melodía y letra han sido versionadas por muchos, pero la interpretación de Pedro sigue siendo la más entrañable.
Cien Años: Esta ranchera expresa el dolor de un amor perdido con una intensidad que ha conmovido a generaciones. Es una de sus canciones más versionadas, tanto en México como en el extranjero.
La Que Se Fue: Un bolero ranchero que muestra la fuerza interpretativa de Infante, capaz de transmitir nostalgia, tristeza y amor en cada estrofa.
Su conexión con la comunidad hispana

Para millones de latinos en Estados Unidos, Pedro Infante representa mucho más que un ídolo del pasado.
Su música es sinónimo de identidad, de raíces y de orgullo cultural.
En ciudades con alta presencia mexicana como Los Ángeles, Houston, San Antonio, Chicago y Phoenix, es común escuchar sus canciones en celebraciones, serenatas, y hasta en funerales como símbolo de amor eterno.
En plataformas como Spotify o YouTube Music, su música acumula millones de reproducciones cada año.
Incluso sus películas, disponibles en servicios de streaming y canales de televisión hispana, siguen teniendo audiencia fiel.
Su legado va más allá de la música
La influencia de Pedro Infante ha llegado incluso a organismos internacionales.
En 2011, la UNESCO declaró al mariachi como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, y aunque Pedro no fue mariachero en el sentido tradicional, su interpretación de muchas canciones con mariachi contribuyó a popularizar el género a nivel internacional.
Cada año, su vida y obra son recordadas en documentales, homenajes, murales comunitarios y eventos culturales que celebran el orgullo de ser latino.
En Sinaloa, su estado natal, su estatua sigue recibiendo flores, y en EEUU, no falta quien lo tenga en un altar o cuadro familiar.
Cada generación ha descubierto en sus canciones un mensaje universal de amor, esperanza y orgullo cultural.
El ídolo que nunca se fue

A casi 70 años de su fallecimiento, Pedro Infante sigue siendo un ícono indiscutible.
Su legado no solo vive en la música y el cine, sino en el corazón de millones de hispanos que encuentran en sus canciones un vínculo con sus raíces, con sus recuerdos y con su cultura.
Como él mismo cantó:
Amorcito corazón, yo tengo tentación de un beso
Pedro Infante
Y ese beso simbólico sigue vivo en cada nota que escuchamos.
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