Un zurdazo perfecto, directo a la escuadra, devolvió este jueves 19 de junio la ilusión a los hinchas de Inter Miami en el Mundial de Clubes 2025. En un partido vibrante, Lionel Messi lideró la remontada del equipo estadounidense ante un débil Oporto (2‑1), dejando a su equipo a un paso de los octavos de final.
A solo cinco días de cumplir 38 años, el astro argentino volvió a dejar claro que su talento es atemporal. No solo anotó un gol de antología, sino que manejó el ritmo del partido, dominando cada fase del juego y construyendo las mejores oportunidades para los suyos.
Messi, dueño del balón y del partido

Desde el arranque, Messi dejó claro que se jugaría a su ritmo.
Apenas al minuto 1:45, una combinación suya por banda izquierda, buscando a su viejo socio Luis Suárez, anticipó lo que sería un monólogo de Inter Miami.
Sin embargo, el veterano delantero uruguayo no logró culminar las oportunidades que le generó el argentino.
El equipo estadounidense dominaba, pero en una de las escasas llegadas del Oporto, un leve contacto de Allen sobre João Mário fue sancionado como penal tras la revisión del VAR.
Samu ejecutó con potencia, y aunque el arquero Ustari adivinó el lado, no pudo evitar el gol (1‑0).
Un joven talento que ilusiona

A pesar de la ventaja del Oporto, el juego seguía girando en torno a la figura de Messi.
En la cancha, un joven de solo 18 años, Rodrigo Mora, se atrevía a retar al astro argentino con destellos de calidad: controles elegantes, taconazos y un juego con mucha personalidad.
Antes del descanso, Inter Miami perdonó otra clara ocasión en los pies de Suárez, que erró un mano a mano tras pase filtrado de Messi.
El Oporto, mientras tanto, pecaba de conformismo y renunciaba al contragolpe.
El golazo que cambió todo
MESSI MAGIC ONCE AGAIN ☄️🐐
What a free kick from the goat at the FIFA Club World Cup. pic.twitter.com/EiAv4invb8
— Major League Soccer (@MLS) June 19, 2025
El inicio de la segunda parte trajo el cambio esperado.
Apenas al minuto 47, un giro magistral de Busquets inició la jugada que acabó con un potente remate de Velasco Segovia para el 1‑1.
Solo siete minutos después, el estadio se vino abajo: Messi fue derribado al borde del área y él mismo ejecutó el tiro libre con una precisión quirúrgica.
El balón voló con su clásica comba, directo a la escuadra. Fue el 2‑1 definitivo y un nuevo capítulo en la leyenda del rosarino.
Control del partido y triunfo histórico
El Oporto se vio incapaz de reaccionar.
Miami, bien replegado, jugaba al contragolpe.
Las pocas opciones del equipo portugués fueron neutralizadas por la zaga y por un inspirado Ustari.
El partido murió con Inter Miami en control.
Messi incluso estuvo a punto de redondear su noche con un gol de vaselina que se fue apenas desviado.
Con este triunfo, Inter Miami queda muy cerca de la clasificación a los octavos de final, en un torneo en el que Messi sigue demostrando que, aún en la etapa final de su carrera, puede marcar la diferencia en la élite.
Fue una gran alegría. Trabajamos bien, mejoramos respecto al primer partido. Aprovechamos el espacio que dejó el portero y lo hice gol