Un video viral ha generado indignación nacional al mostrar a agentes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza – CBP, por sus siglas en inglés – golpeando y arrestando violentamente a un jardinero indocumentado frente a un restaurante IHOP en Tustin, California.
El hombre agredido es Narciso Barranco, de 53 años, un trabajador paisajista que en ese momento estaba recortando arbustos como parte de su jornada laboral. Sin previo aviso, agentes encapuchados del CBP se acercaron y, tras su intento de huida por pánico, fue derribado, rociado con gas pimienta y golpeado en repetidas ocasiones antes de ser esposado y detenido. La escena fue grabada por transeúntes y rápidamente se difundió por redes sociales, causando indignación por el uso excesivo de fuerza en un operativo migratorio.
Padre ejemplar
Lo que ha conmocionado aún más a la opinión pública es la identidad de la familia de Narciso:
Es padre de tres hijos que sirven —o han servido— en las Fuerzas Armadas de Estados Unidos.
Alejandro Barranco, uno de ellos, es veterano del Cuerpo de Marines y participó en misiones en Afganistán.
Sus dos hermanos menores están actualmente activos en la base de Camp Pendleton.
Alejandro declaró: “Yo luché por este país. Mis hermanos lo siguen haciendo. Lo que le hicieron a nuestro papá es inaceptable. Pedimos justicia”.
Según sus declaraciones, Narciso no tiene antecedentes penales y ha vivido durante décadas como un trabajador ejemplar, sin causar daño a nadie.
El joven exmarine se enteró de lo sucedido por mensajes que le enviaron con el video del arresto por parte de agentes del CBP.
La familia logró hablar con Narciso al día siguiente por teléfono, y Alejandro describió la conversación como devastadora.
Lo escuché llorar, con miedo. Nunca lo había oído así
Comunidad movilizada por justicia
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La familia Barranco ha iniciado una campaña en GoFundMe para recaudar fondos que cubran la defensa legal de Narciso y eviten su deportación.
La causa ha recibido el respaldo de miles de personas en redes sociales, incluyendo veteranos y defensores de derechos civiles.
Hasta el momento, el CBP no ha emitido un comunicado oficial sobre el incidente.
Sin embargo, organizaciones proinmigrantes han pedido una investigación independiente sobre el uso de la fuerza en este caso y en muchos otros similares que se han reportado recientemente.
Alejandro finalizó su testimonio con un mensaje de esperanza:
“Creemos que esto va a llegar a los oídos correctos”.
“Queremos un país donde no se golpee a quienes trabajan honestamente, mucho menos si son padres de quienes lo defienden”.
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