viernes, Ago 22, 2025

Medicaid y SNAP en riesgo: así impacta en familias latinas

Los recortes a Medicaid y SNAP aprobados por Trump reducirán 1.2 billones de dólares en asistencia social en la próxima década. FOTO: X/@LoneStarHealth

Los recortes a Medicaid y SNAP aprobados por el presidente Donald Trump representan uno de los mayores ajustes a la red de asistencia social en Estados Unidos en décadas.

La llamada “Gran y Hermosa Ley” reducirá en 1.2 billones de dólares la financiación de estos programas en los próximos diez años, imponiendo requisitos laborales más estrictos y limitando la elegibilidad. Millones de familias, en especial latinas, enfrentan un futuro incierto ante la posibilidad de perder cobertura médica y apoyo alimentario.

Recortes a Medicaid y SNAP: contexto y alcance

Imagen de una doctora y una paciente. FOTO: Canva

El impacto es inmediato y profundo.

Medicaid, que actualmente cubre a más del 20% de la población estadounidense, se verá limitado, mientras que SNAP, el programa de asistencia nutricional, garantiza alimentos a más de 40 millones de personas en todo el país.

La Oficina de Presupuesto del Congreso proyecta que 10 millones de personas podrían perder su seguro médico para 2034. Además, más de 22 millones de hogares verán reducidos o eliminados sus beneficios alimentarios.

En estados como Nuevo México, donde un cuarto de la población rural depende de Medicaid y SNAP, el riesgo es especialmente crítico.

La reducción de fondos amenaza no solo la estabilidad familiar, sino también el equilibrio económico de comunidades enteras.

Impacto económico por recortes sociales en estados vulnerables

Sin estos apoyos, aumentará la inseguridad alimentaria y las enfermedades sin tratar. FOTO: Canva

Los investigadores advierten que el costo económico para los estados podría superar cualquier ahorro federal.

En áreas rurales, los recortes a Medicaid podrían llevar al cierre de hospitales comunitarios, dejando sin acceso a servicios médicos a poblaciones que ya enfrentan barreras geográficas.

Estados donde Medicaid y SNAP representan más del 6% del Producto Interno Bruto, como Nuevo México, Luisiana y Kentucky, podrían caer en recesiones locales.

Esto implicaría pérdida de empleos, contracción del consumo y debilitamiento de las economías estatales.

El panorama se vuelve aún más delicado en zonas agrícolas y de construcción, sectores con alta concentración de trabajadores latinos.

La falta de cobertura médica y alimentaria podría afectar directamente la productividad y la fuerza laboral, reduciendo la capacidad de sostener industrias clave para la economía nacional.

Medicaid, SNAP y la comunidad latina

La comunidad latina, una de las más dependientes de estos programas, será de las más golpeadas.

Las tasas de ahorro suelen ser más bajas en comparación con otros grupos debido a salarios históricamente menores y menor acceso a planes privados de jubilación y seguros médicos.

Sin Medicaid y SNAP, aumentará la inseguridad alimentaria y se multiplicarán las enfermedades no tratadas.

Esto no solo compromete la salud de los adultos mayores, sino también el rendimiento escolar de los niños y la capacidad de trabajo de sus padres.

En barrios y pueblos con alta población latina, estos apoyos representan la diferencia entre cubrir las necesidades básicas o caer en pobreza extrema.

Como explica Dawn Hommer, directora ejecutiva de la Agencia de Acción Comunitaria del Sur de Nuevo México: “A veces, esa pequeña ayuda es lo que necesitan para sobrevivir el mes. Vamos a tomar a las familias que ya están pasando apuros y empeorar la situación”.

Lo que se viene para el financiamiento de los programas

El Congreso deberá definir el nivel final de financiamiento antes de septiembre.

Si no se restablecen los fondos, los estados podrían verse obligados a reducir aún más los programas sociales, dejando a millones de familias en el desamparo.

Organizaciones comunitarias y defensores de derechos sociales ya presionan para suavizar los recortes o al menos retrasarlos.

Sin embargo, muchas familias latinas se preparan para enfrentar un escenario en el que tendrán que asumir más gastos médicos y alimentarios por su cuenta, justo en un contexto económico de alta inflación y salarios estancados.

Mientras tanto, la incertidumbre crece.

Para los latinos, perder Medicaid y SNAP no solo significa menos apoyo financiero: representa una amenaza directa a la salud, la estabilidad familiar y la seguridad alimentaria en comunidades enteras.

Este artículo fue publicado originalmente en Nueva News.

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