La NFL, en conjunto con Apple Music, confirmó oficialmente que el puertorriqueño Bad Bunny será el encargado de encabezar el esperado espectáculo de medio tiempo del Super Bowl LX, que se celebrará el 8 de febrero de 2026 en el Levi’s Stadium, ubicado en Santa Clara, California.
La noticia desató una ola de entusiasmo en redes sociales, con millones de comentarios de fanáticos que celebraron que el fenómeno global de la música urbana represente a la cultura latina en el escenario deportivo más visto del planeta.
La elección de Bad Bunny no sorprendió a los analistas de la industria musical. Benito Antonio Martínez Ocasio, nombre real del artista, ha sido en los últimos años el cantante más reproducido en Spotify a nivel mundial durante tres años consecutivos (2020-2022), además de haber ganado múltiples Grammy, Billboard y Latin Music Awards.
Su capacidad para llenar estadios en América, Europa y otros continentes, junto con su influencia cultural, lo han convertido en uno de los nombres más relevantes de la música global.
Con álbumes como “Un Verano Sin Ti” y “Nadie Sabe Lo Que Va a Pasar Mañana”, Bad Bunny ha expandido los límites del género urbano y lo ha posicionado como un fenómeno transversal que trasciende idiomas y fronteras.
El Super Bowl con Bad Bunny: un escaparate sin pago directo
Uno de los datos que más curiosidad ha generado entre los fanáticos es el tema del pago por el Halftime Show. A pesar de la magnitud del evento y la fama del artista, Bad Bunny no recibirá un solo dólar por su actuación.
Este detalle, que suele sorprender al público, responde a una política establecida por la NFL, que desde hace años no paga honorarios a los artistas. En su lugar, la liga cubre los costos de producción del espectáculo, que en ediciones anteriores han superado los 10 millones de dólares, debido a los elaborados montajes que incluyen escenografía, efectos visuales, pirotecnia, vestuario y tecnología de punta.
La verdadera ganancia para los artistas es el impacto mediático. El show de medio tiempo del Super Bowl atrae a más de 100 millones de espectadores en vivo solo en Estados Unidos, con retransmisiones en decenas de países y millones de visualizaciones posteriores en plataformas digitales.
Para los intérpretes, esta exposición suele traducirse en un aumento masivo en reproducciones de sus canciones, ventas de discos, demanda para conciertos, colaboraciones internacionales y un mayor alcance global.
Aunque todavía no se han revelado los detalles del espectáculo, la expectativa es enorme. Dada la energía característica de Bad Bunny, los seguidores esperan una fusión de sus mayores éxitos con coreografías impactantes, invitados sorpresa y un despliegue visual que refleje tanto su identidad latina como su estilo irreverente y vanguardista.
El artista ya había tenido una participación especial en el Super Bowl 2020, acompañando a Shakira y Jennifer López en uno de los shows más comentados de la historia reciente del evento, experiencia que seguramente marcará la narrativa de su presentación como solista en 2026.
La presencia de Bad Bunny en el Super Bowl LX reafirma el ascenso de la música latina en la escena global. Su actuación no solo representa un logro personal, sino también un símbolo del impacto cultural de los artistas hispanohablantes en los principales escenarios del mundo.
Con su estilo innovador y su capacidad para conectar con distintas generaciones, el intérprete boricua promete ofrecer un espectáculo que no solo será recordado por sus fanáticos, sino que también marcará un hito en la historia del Halftime Show.
Todo apunta a que el Super Bowl LX 2026 podría consolidarse como uno de los shows de medio tiempo más memorables de los últimos años, destacando el poder de la música como puente cultural y motor de orgullo para la comunidad latina.
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