La ejecución de Richard Gerald Jordan, un veterano de la guerra de Vietnam de 79 años, se llevó a cabo este miércoles 25 de junio de 2025 en el estado de Misisipi, tras pasar medio siglo en el corredor de la muerte.
Jordan fue condenado por el secuestro y asesinato de Edwina Marter en 1976, un crimen que generó amplia atención nacional debido a la duración sin precedentes de su condena antes de su ejecución.
El crimen y la sentencia
De acuerdo con Mississippi Public Broadcasting, Richard Gerald Jordan viajó desde Luisiana a Misisipi con la intención de secuestrar a un familiar de un ejecutivo bancario y exigir un rescate.
Se hizo pasar por electricista, secuestró a Edwina Marter, la esposa de Charles Marter, y la llevó a un bosque.
Cuando intentó escapar, Richard Gerald Jordan le disparó en la parte posterior de la cabeza.
Posteriormente pidió un rescate de 25,000 dólares, sin revelar que la víctima ya había sido asesinada.
Fue arrestado al día siguiente en un hotel y enfrentó cuatro juicios en total: en 1976, 1977, 1983 y 1998. En todos, recibió la pena de muerte.
Últimas horas y ejecución
La ejecución se llevó a cabo por inyección letal en la prisión estatal.
Richard Gerald Jordan pidió perdón a la familia de la víctima y agradeció a sus abogados, a su esposa y al personal penitenciario.
Los quiero mucho a todos. Los veré al otro lado
La ejecución inició con la administración del midazolam, un sedante que ha sido objeto de controversia por supuestamente no evitar el dolor causado por los otros dos fármacos del protocolo.
Fue declarado muerto a las 18:16 horas.
Richard Gerald Jordan había sido el principal demandante en una demanda federal contra el protocolo de inyección letal de Misisipi.
Aunque su caso llegó a su fin, el litigio permanece activo para otros condenados a muerte.
Rechazo de clemencia y apelaciones
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El gobernador de Misisipi, Tate Reeves, rechazó una petición de clemencia, calificando el crimen como “violento y premeditado”.
Tampoco intervinieron la Corte Suprema estatal, un tribunal de distrito, el Quinto Circuito de Apelaciones, ni la Corte Suprema de EE.UU., agotando todas las opciones legales del condenado.
Los hijos de la víctima, hoy en sus 50 años, estuvieron presentes en la ejecución.
El director del Departamento de Correcciones, Burl Cain, dijo:
“Estaba arrepentido y su familia pudo despedirse. Todo se hizo con respeto”.
El caso de Richard Gerald Jordan pone de relieve debates vigentes sobre la pena de muerte, los protocolos de ejecución y el trato a presos de edad avanzada.
Especialmente aquellos con antecedentes de salud mental relacionados con el estrés postraumático de guerra.
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