Una tragedia ha golpeado a la comunidad latina en Peabody, Massachusetts, tras la muerte de Jason Bernard, un joven de 14 años estudiante de octavo grado, a quien hallaron sin vida la mañana del sábado 17 de mayo de 2025. La Policía de Peabody respondió a una llamada de emergencia, pero pese a los esfuerzos de los paramédicos, al menor se le declaró muerto en la escena.
El caso está siendo investigado por la Fiscalía del Condado de Essex, la Policía Estatal de Massachusetts y la Oficina del Médico Forense. Aunque las autoridades aún no han emitido un informe oficial sobre la causa de muerte, el padre del menor, William Bernard, aseguró públicamente que su hijo se quitó la vida debido al acoso escolar persistente que sufría.
Llamado urgente

A través de una campaña en la plataforma GoFundMe, William escribió un mensaje conmovido para Jason Bernard:
“Hola, me llamo William. Mi hijo decidió tomar la trágica decisión de terminar con su vida a causa de recibir bullying en la escuela”.
“Debemos crear conciencia y parar el bullying. Agradezco su cooperación en este difícil momento. Dios le bendiga”.
La campaña busca recaudar fondos para cubrir los gastos funerarios de Jason Bernard y ha sido compartida ampliamente en redes sociales por miembros de la comunidad educativa y vecinos de la familia.
Apoyo comunitario

La respuesta comunitaria ha sido inmediata.
El Consejo Asesor de Padres de Educación Especial de Peabody expresó:
“Nuestra comunidad perdió a un estudiante en circunstancias que pudieron evitarse. Hablen con sus hijos. Hay recursos disponibles. Y si alguien está sufriendo, por favor, pidan ayuda”.
El menor fue declarado muerto en la escena
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Además, se ha organizado una vigilia en memoria de Jason Bernard.
El evento se llevará a cabo este viernes 23 de mayo a las 6:30 p.m. en 10 Veterans Memorial Drive, en Peabody, con la participación de familiares, amigos y líderes comunitarios.
Una amenaza silenciosa

Según datos oficiales de 2025, el bullying afecta al 20% de los estudiantes en EE.UU.
Con consecuencias que incluyen depresión, ansiedad y, en casos extremos, suicidio.
La comunidad hispana enfrenta barreras adicionales como el idioma o el desconocimiento de sus derechos escolares, lo que dificulta reportar casos a tiempo.
Organizaciones especializadas recomiendan a los padres hispanos mantenerse alerta a cambios de conducta en sus hijos.
Además de establecer canales de comunicación y exigir acciones inmediatas por parte de las escuelas ante cualquier señal de acoso.
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