El mundo de la cultura y las artes escénicas en México atraviesa un momento de profundo dolor tras el fallecimiento de la actriz Ariadnalí de la Peña Zepeda, a los 38 años. Reconocida por su talento, sensibilidad y entrega en cada proyecto, la intérprete dejó una huella significativa en el teatro, el cine y la televisión.
La noticia fue confirmada por la Coordinación Nacional de Teatro del INBAL y el Centro Cultural Helénico, instituciones que destacaron su compromiso con las artes escénicas y le rindieron homenajes póstumos.
El INBAL se refirió a la actriz con palabras de admiración y respeto: “Hizo del teatro una trinchera para la construcción de afectos y desde ahí, buscó siempre dignificar el trabajo de quienes se dedican a las artes escénicas”.
Por su parte, el Centro Cultural Helénico escribió en sus redes sociales: “Lamentamos profundamente la partida de la joven actriz… quien iluminó los escenarios con su entrega, sensibilidad y creatividad”.

Estos mensajes reflejan el vacío que deja Ariadnalí en la comunidad artística mexicana y el reconocimiento a su legado en la escena cultural.
Formada principalmente en los escenarios, Ariadnalí de la Peña llevó su pasión por la actuación más allá del teatro. Su trabajo se destacó en producciones del INBAL y en proyectos presentados en el Centro Cultural del Bosque, espacios que la consolidaron como una intérprete versátil, capaz de combinar lo lúdico con lo profundamente humano.
En el cine, participó en Bardo, falsa crónica de unas cuantas verdades (2022), la cinta dirigida por Alejandro González Iñárritu que recorrió festivales internacionales y puso el nombre de México en la conversación mundial sobre el séptimo arte. También incursionó en producciones internacionales, como la serie Fear the Walking Dead, lo que amplió su alcance más allá de las fronteras nacionales.
Ariadnalí de la Peña: Lucha contra el cáncer
En agosto de 2021, la actriz compartió públicamente que había sido diagnosticada con cáncer de colon y que iniciaba un tratamiento en el Instituto Nacional de Cancerología. Con valentía, relató a sus seguidores las distintas etapas de su proceso:
“Sí, a veces tengo días malos, otros muy buenos, pero ahí la llevo”, escribió entonces.
Un mes después, celebró la noticia de que no quedaban “células ni moléculas” activas de cáncer en su cuerpo, aunque debía continuar con quimioterapias preventivas. En diciembre de ese mismo año expresó con optimismo que su colon estaba “muy sano”.

Hasta el momento, no se ha confirmado si esta enfermedad estuvo directamente relacionada con su fallecimiento, pero su testimonio dejó un mensaje de fortaleza y resiliencia frente a la adversidad.
Ariadnalí de la Peña será recordada no solo por sus interpretaciones, sino también por su capacidad de conectar con el público a través de la verdad y la sensibilidad en cada papel. Sus colegas y seguidores destacan que supo transformar el escenario en un espacio de resistencia y dignidad para las artes.
Su partida deja un profundo vacío, pero también un legado que permanecerá en las memorias de quienes la vieron actuar y en la comunidad artística que tanto la admiró.
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