La actriz mexicana Alicia Bonet, reconocida por su destacada trayectoria en el cine, teatro y televisión, así como por su participación en la cinta Hasta el viento tiene miedo (1968) del director Carlos Enrique Taboada, falleció a los 78 años de edad, según informó la Asociación Nacional de Intérpretes (ANDI) el domingo.
La noticia fue confirmada a través de un comunicado oficial difundido por la organización: “La Asociación Nacional de Intérpretes comunica el sensible fallecimiento de nuestra socia intérprete Alicia Bonet. Actriz mexicana recordada por su participación en películas como Hasta el viento tiene miedo, Despedida de soltera y El escapulario. A sus familiares y amigos, enviamos nuestras más sentidas condolencias.”
Hasta el momento, la ANDI no ha dado a conocer las causas del deceso, aunque diversas personalidades del medio artístico y seguidores de su carrera han expresado su pesar por la pérdida de una de las figuras más representativas del cine mexicano de los años sesenta y setenta.
Nacida el 26 de abril de 1947 en la Ciudad de México, Alicia Bonet inició su carrera artística desde muy joven, destacando en el teatro juvenil durante la década de los cincuenta. Su talento natural y presencia escénica llamaron la atención de productores y directores, lo que le permitió acceder rápidamente a la pantalla grande.

A lo largo de su carrera, participó en alrededor de 30 producciones cinematográficas, consolidándose como una intérprete versátil capaz de asumir tanto papeles dramáticos como románticos. Entre sus películas más recordadas se encuentran Guadalajara en verano (1965), Despedida de soltera (1966), El escapulario (1968) y la ya mencionada Hasta el viento tiene miedo, considerada hoy un clásico del terror mexicano.
Además del cine, Bonet también tuvo una importante presencia en televisión, participando en exitosas telenovelas como Rubí, Viviana, A flor de piel, El amor no es como lo pintan y Se busca un hombre. Su talento actoral le permitió compartir créditos con grandes figuras del espectáculo nacional como Angélica María, Arturo de Córdova, Alberto Vázquez y Andrés Soler, dejando una huella imborrable en el entretenimiento mexicano.
Alicia Bonet y el legado de “Hasta el viento tiene miedo”
El papel protagónico de Alicia Bonet en Hasta el viento tiene miedo (dirigida por Carlos Enrique Taboada en 1968) marcó un punto de inflexión en su carrera. En la película, Bonet interpretó a Claudia, una estudiante de internado atormentada por presencias sobrenaturales, en una historia que combina el suspenso psicológico con elementos góticos.
El filme se convirtió con el tiempo en una de las obras más emblemáticas del cine de terror mexicano, siendo objeto de homenajes, estudios académicos y una nueva versión en 2007. La interpretación de Bonet fue ampliamente elogiada por su intensidad emocional y su capacidad para transmitir vulnerabilidad y fuerza al mismo tiempo.
La vida personal de Alicia Bonet también estuvo profundamente vinculada al medio artístico. Durante el rodaje de la película Los ángeles de Puebla, en la década de los sesenta, conoció al actor Juan Ferrara, quien interpretaba a un joven rebelde que soñaba con la fama, mientras ella daba vida a una mujer poblana marcada por la rigidez de su entorno familiar.
La conexión entre ambos traspasó la pantalla, y antes del estreno del filme decidieron contraer matrimonio. De esa unión nacieron sus dos hijos, Juan Carlos y Mauricio Bonet, quienes también seguirían la carrera actoral, manteniendo viva la tradición artística de la familia.

No obstante, el matrimonio no estuvo exento de dificultades. En entrevistas posteriores, Bonet reconoció que la convivencia fue complicada y que existieron desacuerdos familiares y tensiones personales que afectaron su relación. Según versiones difundidas en medios de la época, la actriz habría enfrentado rechazo por parte de la familia de Ferrara, lo que derivó en episodios de exclusión y distanciamiento.
Alicia Bonet deja un legado artístico que abarca más de seis décadas de trayectoria en distintas disciplinas. Su talento, carisma y compromiso con la actuación la convirtieron en una referencia femenina del cine nacional y en una intérprete capaz de trascender generaciones.
Con su fallecimiento, el cine y la televisión mexicana despiden a una actriz que marcó una época dorada de la pantalla nacional, y cuya memoria permanecerá en cada una de sus interpretaciones.
Su nombre, asociado para siempre a Hasta el viento tiene miedo, continuará evocando la elegancia, la sensibilidad y la fuerza que caracterizaron a una de las actrices más entrañables del México contemporáneo.
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