Este jueves 7 de agosto de 2025, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, instruyó al Departamento de Comercio a iniciar un nuevo censo, esta vez diseñado para no contar a las personas indocumentadas, según publicó en su cuenta de Truth Social. El mandatario aseguró que el recuento se basará en datos “modernos” y en los resultados electorales de 2024.
Este movimiento representa una ruptura significativa con la tradición de contar a todas las personas residentes, sin importar su estatus migratorio, como lo establece la Constitución y el espíritu del censo decenal.
¿Por qué impacta a la comunidad latina?

Representación política: El censo determina cuántos escaños tiene cada estado en la Cámara de Representantes.
La exclusión de indocumentados podría reducir escaños para estados con grandes poblaciones latinas como California, Texas, Florida y Nueva York.
Fondos federales: El censo también define la asignación de recursos para servicios esenciales.
La omisión de ciertas personas podría afectar el financiamiento para programas comunitarios.
El recuento se basará en 'datos modernos'
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Contexto demográfico: Aunque no se conoce cuántos indocumentados viven en Estados Unidos, estimaciones recientes sitúan la cifra en aproximadamente 11 millones de personas.
Reacciones y futuros legales

Diversos críticos han calificado la medida como una amenaza a la representación democrática.
William Galvin, secretario comúnwealth de Massachusetts, la calificó como una “locura ilegal” (“illegal insanity”), advirtiendo que viola normas constitucionales sobre precisión del censo.
Se espera una fuerte oposición legislativa y un aluvión de demandas judiciales.
En el pasado, intentos similares fueron bloqueados por los tribunales, y el actual mandato podría enfrentar un proceso judicial similar.
También, la iniciativa forma parte de una estrategia más amplia de los republicanos para redibujar distritos electorales antes de las elecciones de medio término de 2026.
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