En junio de 2025, tras someterse a una panniculectomía, una cirugía para remover el exceso de piel y grasa en el abdomen tras perder más de 110 libras, el presentador Raúl de Molina, conocido como “El Gordo”, sufrió una complicación grave.
Aproximadamente diez días después de su operación, se desmayó en casa debido a una hemorragia interna causada por un medicamento antiinflamatorio que alteró su coagulación. Perdió mucha sangre por los drenajes quirúrgicos, lo que requirió una transfusión de emergencia y una segunda intervención médica para evitar una sepsis.
Mía, la heroína del momento

Cuando Raúl perdió el conocimiento, fue su hija Mía, de 25 años, quien lo encontró desmayado en la sala.
Sin dudar, llamó al 911, lo que permitió la rápida llegada de los paramédicos y su traslado al hospital.
Él lo contó con emoción a sus compañeros de programa: “Me salvó el día que me desmayé … fue la que me salvó a mí el día que yo me desmayé”.
Además, destacó que “Mía quedó un poco traumatizada” por la situación pero actuó con rapidez y determinación.
Recuperación y apoyo familiar

Raúl permaneció tres días en el hospital, donde recibió transfusiones y la herida fue reintervenida para prevenir una infección grave.
A su regreso a casa, continuó con atención médica intensiva, incluyendo sesiones en térapia de cámara hiperbárica para ayudar en la cicatrización.
Su esposa Millie se convirtió en una figura clave: “Es la mejor enfermera del mundo”, expresó Raúl, reconociendo su incondicional apoyo.
Raúl recomendó no automedicarse ni tomar decisiones sin consultar al cirujano responsable.
La pronta intervención de Mía subraya la relevancia de la presencia y la formación en casos de emergencia.
Un mensaje emotivo en pantalla
El presentador reapareció en El Gordo y La Flaca, agradecido y compartiendo su experiencia como advertencia para otros:
“Quizás no me debía haber hecho la cirugía, pero era necesaria… hay que asesorarse con el médico indicado”.
También resaltó el rol heroico de su hija, quien se mudó temporalmente para cuidarlo tras el susto.
Se ha portado de maravilla, como la mejor hija del mundo... se mudó a casa nuestra por seis semanas, de verdad que Mía se ha portado espectacular
La fortaleza de Raúl de Molina
La rápida intervención de Mía de Molina evitó un desenlace fatal tras el colapso de su padre por una hemorragia postoperatoria.
Esta historia refuerza el valor de la familia unida, el respeto del proceso médico y la fortaleza del vínculo entre padres e hijos.
Para la comunidad hispana en EE. UU., es un recordatorio de que en momentos críticos, la acción de un familiar puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
Aquí el video de Raúl de Molina en ‘El Gordo y la Flaca’.
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