Juana Barraza Samperio, conocida como “La Mataviejitas”, fue condenada el 31 de marzo de 2008 a 759 años y 17 días de prisión por el homicidio de 17 mujeres de la tercera edad y 12 robos cometidos entre finales de los 90 y principios de los 2000 en la Ciudad de México.
Aunque la sentencia es histórica, por ley solo podrá purgar un máximo de 50 años en prisión, lo que la mantendría encarcelada hasta cerca del año 2056; tras ser encarcelada, trascendió que fue bautizada y tomaron una foto actual.
‘La Mataviejitas’: Mitos y temores en Santa Martha Acatitla

Considerada una de las primeras asesinas seriales modernas del país, su caso impactó por la preponderancia del perfil: una mujer que, bajo el disfraz de trabajadora social o enfermera, engañaba a ancianas solitarias, las estrangulaba y luego robaba sus pertenencias.
Actualmente internada en el Centro Femenil de Reinserción Social Santa Martha Acatitla, su presencia sigue generando temor entre las reclusas.
El apodo y su manera de actuar crearon leyendas dentro del penal, a pesar de la relativa cotidianidad que también la caracteriza.
Su figura ha sido relatada como imponente: mide aproximadamente 1.85 m, corpulenta y reservada.
Testimonio impactante desde Instagram

Una exreclusa del penal, identificada como Fernanda (@reasdeturquesa), compartió recientemente en Instagram una experiencia desconocida sobre la convivencia con Barraza. Según su testimonio:
Juana ‘La Mataviejitas’ era imponente y lejos de reinar miedo, su figura infundía respeto.
Fernanda relató que Barraza mataba ancianas “porque en cada señora ella mataba el recuerdo de su abuelita”, víctima ella misma de abuso infantil y abandono materno. Ese resentimiento se intensificó tras la muerte de su hijo.
A pesar de su pasado, en prisión lleva un puesto de venta de comida y “cocina muy rico” dijo la excompañera.
La exreclusa no sintió miedo, sólo una profunda mezcla de tristeza e interés morboso al conocer su historia.
Además, compartió una imagen inédita del bautizo religioso interno de Barraza, donde se le ve rodeada de otras internas y hombres, vestida con uniforme azul marino.
La ceremonia habría sido cristiana, un rito poco usual dentro del penal.
Tras las rejas: vida cotidiana en prisión

Juana Barraza ‘La Mataviejitas’ ha participado en actividades como la venta de tacos y hasta en bodas colectivas en el penal, pintándose como un personaje de sobrevivencia interna.
En 2015 contrajo matrimonio con otro recluso, aunque el vínculo terminó posteriormente en divorcio.
También fue bautizada dentro del centro penitenciario.
Se sabe que en julio de 2025 sufrió una fractura de fémur y fue trasladada al Hospital General Xoco para atención médica, un evento que evidencia su edad avanzada y sus condiciones actuales.
En la foto más reciente, se puede ver a 'La Mataviejitas' muy sonriente y físicamente repuesta
La trascendencia de este caso
Para lectores hispanos en EE. UU., especialmente aquellos interesados en seguridad y justicia, el caso de Barraza es un estudio sobre:
Violencia contra mujeres mayores y su invisibilización.
La transformación de una figura pública (luchadora) a un criminal notorio.
Cómo se construyen mitos alrededor de criminales seriales y cómo esto influye dentro de instituciones penitenciarias.
La percepción del sistema de justicia mexicano frente a crímenes atípicos cometidos por mujeres.
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