La superestrella estadounidense Taylor Swift anunció el viernes 30 de mayo del 2025 que ha logrado recuperar el control total de su catálogo musical original, poniendo fin a una larga batalla legal y mediática que comenzó en 2019 tras la adquisición de su música por parte del productor Scooter Braun.
En una emotiva carta publicada en su sitio web oficial, Swift compartió su alegría: “He estado rompiendo en llanto de alegría a intervalos aleatorios desde que descubrí que esto realmente está sucediendo. Toda la música que he hecho… ahora me pertenece… a mí.” La artista, de 35 años, agradeció especialmente a sus fanáticos, quienes desempeñaron un papel clave en su victoria.
Taylor Swift recupera catalogo
El conflicto comenzó en junio de 2019, cuando Scooter Braun, entonces representante de artistas como Justin Bieber y Ariana Grande, compró Big Machine Label Group, la discográfica que tenía los derechos sobre los seis primeros álbumes de Swift.
La transacción, valorada en unos 300 millones de dólares, incluía los másteres —las grabaciones originales— de álbumes como “Fearless”, “Red” y “1989”.
Taylor Swift denunció que se le negó la oportunidad de adquirir sus propias grabaciones y que nunca fue consultada sobre la venta.
Braun luego vendió el catálogo a la firma de inversiones Shamrock Capital en 2020, lo que intensificó la controversia.
Swift denunció públicamente la transacción y prometió regrabar sus discos para tener el control total de su obra.
El poder de los fans y el éxito de ‘The Eras Tour’
A partir de 2021, Swift comenzó a lanzar nuevas versiones de sus álbumes originales bajo la etiqueta “Taylor’s Version”.
Hasta la fecha, la cantante ha regrabado y publicado “Fearless”, “Red”, “Speak Now” y “1989”, con enorme éxito tanto comercial como crítico.
Las nuevas versiones desplazaron a las originales en las listas de reproducción y lograron millones de reproducciones, reafirmando su dominio en la industria musical.
La gira mundial “The Eras Tour”, que recorrió América, Europa, Asia y Oceanía entre 2023 y 2024, generó más de 2,000 millones de dólares en ventas de entradas, convirtiéndose en la más lucrativa de la historia.
Ese éxito económico y de convocatoria le permitió a Swift recomprar formalmente los derechos de sus másteres gracias a una oferta de Shamrock Capital, que —según la artista— manejó el proceso con transparencia y respeto.
¿Qué significa esto para la industria y los fans?
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Este acontecimiento marca un precedente clave para los derechos de autor de los artistas.
Taylor Swift, una de las voces más influyentes del entretenimiento global, se ha convertido en símbolo de resistencia frente a las prácticas abusivas en la industria musical.
Su caso ha inspirado a otros músicos —incluidos artistas latinos— a luchar por la propiedad de sus obras.
Para los fans hispanos en EE.UU., esta victoria representa también un recordatorio del poder de la comunidad cuando se moviliza en defensa de sus ídolos.
Swift no solo logró recuperar su legado musical, sino que demostró que la integridad artística puede imponerse sobre los intereses corporativos.
Este ha sido el mayor sueño hecho realidad
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