El gobierno de México inició gestiones diplomáticas con Estados Unidos para evitar la aplicación de un arancel del 20.91 % a las exportaciones mexicanas de tomate, medida que entraría en vigor el próximo 14 de julio de 2025. Esta decisión, impulsada por el Departamento de Comercio de EE.UU., se basa en una investigación antidumping solicitada por productores estadounidenses, principalmente de Florida, quienes acusan a los exportadores mexicanos de vender a precios injustamente bajos.
El secretario de Agricultura y Desarrollo Rural de México, Julio Berdegué, afirmó este 15 de abril que las autoridades mexicanas buscarán resolver el conflicto a través del diálogo. “Estamos comprometidos con la diplomacia económica. Estas investigaciones antidumping son habituales, pero creemos que en este caso las acusaciones no tienen fundamento”, señaló en conferencia de prensa.
Un producto clave

México es el principal proveedor de tomate fresco para Estados Unidos.
Según datos oficiales de Data México, en 2023 el país exportó el 99.8 % de su producción de tomate al mercado estadounidense, con un valor total de 2,562 millones de dólares.
Se estima que seis de cada diez tomates consumidos en EE.UU. provienen de México.
Esto deja claro el impacto que tendría el arancel no solo para los productores mexicanos, sino también para los consumidores estadounidenses.
Berdegué fue enfático: “No hay muchos países capaces de abastecer tomates con esta calidad, volumen y precio competitivo”
Si se aplica este arancel, lo que ocurrirá es que los estadounidenses pagarán tomates 21 % más caros
Julio Berdegué
Acuerdo en riesgo

La nueva medida revertiría el acuerdo firmado en 2019 bajo la administración de Donald Trump, que eliminó un arancel similar tras negociaciones bilaterales.
La reciente decisión se encuadra dentro de una orden preliminar de “protección comercial” emitida por el Departamento de Comercio estadounidense, pero aún restan 90 días para que se defina su aplicación definitiva.
El gobierno mexicano espera que, en ese periodo, las conversaciones técnicas y políticas logren evitar la imposición del gravamen.
También preservar la estabilidad de una de las cadenas agroalimentarias más importantes de América del Norte.
Para los hispanos en EE.UU., este tema es relevante, ya que muchos forman parte del sistema agroindustrial tanto en México como en Estados Unidos.
Cualquier alteración de precios o empleos en la cadena de valor puede tener consecuencias directas en sus comunidades.
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