El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, visitó este viernes la zona más golpeada por las devastadoras inundaciones en el centro de Texas, donde al menos 120 personas perdieron la vida y otras 160 permanecen desaparecidas.
En un recorrido por el condado de Kerr, uno de los más afectados, Trump calificó la tragedia como “algo terrible” y dijo que nunca había presenciado un desastre natural de tal magnitud en territorio estadounidense.
Trump defiende a las autoridades y rechaza críticas
“He visto huracanes, tornados… pero nunca nada como esto. Es algo terrible”, expresó el mandatario durante una mesa redonda realizada en Kerrville, junto al gobernador Greg Abbott y funcionarios locales.
En medio del dolor y la consternación, Trump aprovechó la ocasión para defender la actuación de las autoridades locales y minimizar las críticas al sistema de alertas que, según medios como The New York Times, falló en advertir a tiempo a los residentes del Hill Country, una región de colinas al norte de San Antonio donde el río Guadalupe se desbordó violentamente.
Al ser cuestionado por una reportera sobre la falta de mejoras en la infraestructura de alertas en el condado de Kerr, Trump respondió molesto:
“Solo una persona muy malvada haría una pregunta así. Esto fue algo que nadie vio venir, una catástrofe de esas que ocurren cada 500 o mil años.”
El presidente insistió en que “todos hicieron un trabajo increíble dadas las circunstancias”, y pidió a los texanos enfocarse en la reconstrucción y no en buscar responsables.
Advertencias ignoradas y avisos tardíos
Varios informes revelan que la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) había alertado desde 2024 sobre el alto riesgo de inundaciones en la zona, recomendando una inversión de al menos un millón de dólares para actualizar el sistema de detección temprana en la cuenca del río Guadalupe.
Residentes como Jessica López, madre de tres hijos, aseguran que no recibieron ninguna alerta hasta que el agua ya estaba entrando a sus hogares. “Nos despertamos por el ruido. Nadie nos avisó nada. Pudimos habernos ahogado todos”, dijo a medios locales.
El Servicio Meteorológico Nacional (NWS) confirmó que comenzó a emitir alertas a la 1:00 a.m. del sábado 5 de julio, pero que las lluvias fueron mucho más intensas de lo previsto, con acumulaciones de hasta 28 centímetros en pocas horas, afectando también a los condados de Bandera, Kendall y Tom Green.
Una respuesta bajo presión
Las imágenes de casas arrasadas, autos flotando y familias enteras buscando a sus seres queridos han conmocionado al país.
Grupos de rescate continúan peinando la región en busca de sobrevivientes, mientras que el gobernador Abbott convocó a una sesión legislativa especial para finales de julio, con el fin de revisar los protocolos de emergencia y prevenir tragedias similares.
El congresista Joaquín Castro, demócrata por Texas, exigió una auditoría inmediata del sistema de alertas estatal, señalando que “muchas muertes pudieron haberse evitado”.
El desbordamiento del Río Guadalupe en Texas causó mucha destrucción y dejó muchos muertos en la zona centro del estado
“No es momento de buscar culpables”: Trump
Relacionado
Durante su visita, Trump evitó hablar sobre si el gobierno federal destinará nuevos fondos para prevenir futuros desastres en zonas rurales o migrantes.
Solo se limitó a reiterar que “Texas está en buenas manos” y que “este no es momento de buscar culpables”.
Junto a la primera dama Melania Trump, el presidente ofreció su pésame a las familias afectadas y prometió ayuda federal para la reconstrucción.
Aun así, la tensión en las comunidades sigue creciendo, especialmente entre quienes sienten que sus vidas fueron puestas en riesgo por falta de prevención.
Entérate de más en ‘QueOnnda.com’
