Desde la apertura de la capilla ardiente del papa Francisco, más de 90,000 personas han acudido hasta este jueves a las 19:00 horas locales (17:00 GMT) a la basílica de San Pedro para rendir homenaje al pontífice fallecido el lunes 21 de abril, a los 88 años de edad.
La Santa Sede confirmó la cifra en su último parte oficial, destacando la constancia del flujo de fieles en las últimas 36 horas.
Capilla ardiente del papa Francisco
El acceso a la capilla ardiente ha estado abierto al público desde la mañana del miércoles, con una afluencia sostenida tanto de ciudadanos comunes como de líderes religiosos, autoridades internacionales y representantes de distintas confesiones.
Aunque se había anunciado que el velatorio cerraría a medianoche del miércoles, la enorme demanda obligó al Vaticano a mantener las puertas abiertas durante toda la noche, permitiendo así que todos los peregrinos tuvieran la oportunidad de despedirse del pontífice argentino.
Un homenaje que no cesa
La Protección Civil italiana estima que la cifra de asistentes seguirá creciendo en las próximas horas, con la expectativa de que más de 100,000 personas hayan pasado por el féretro antes de que se cierre oficialmente el acceso a la capilla ardiente este viernes a las 19:00 horas locales.
Posteriormente, se procederá al cierre solemne del ataúd y a los preparativos finales para el funeral del sábado 26 de abril.
El alcalde de Roma, Roberto Gualtieri, declaró este jueves a medios locales que “la afluencia al féretro está siendo muy regular y ordenada” gracias a un amplio dispositivo de seguridad y logística coordinado por las autoridades de la ciudad.
“Pronto superaremos las 100,000 personas, y todo está funcionando con eficiencia para que cada quien tenga su momento de despedida ante un papa tan querido como Francisco”, señaló el alcalde tras una reunión con la prefectura de Roma y representantes del Vaticano.
Funeral y sepelio: lo que viene
La ceremonia fúnebre está programada para el sábado 26 de abril, en la plaza de San Pedro, y se espera la asistencia de alrededor de 200,000 fieles provenientes de todas partes del mundo.
La misa será presidida por el cardenal decano Giovanni Battista Re, y se prevé la participación de decenas de delegaciones oficiales, incluidos jefes de Estado, representantes religiosos, y líderes de distintas culturas.
Una vez concluido el funeral, el féretro será trasladado en procesión al templo mariano de Santa María la Mayor, según lo estipulado por el propio Francisco en su testamento.
Allí, en una capilla lateral entre la Capilla Paulina y la Capilla Sforza, se realizará su entierro en una tumba sencilla, tal como lo deseó: sin ornamentación, sin catafalcos y con una única inscripción: Franciscus.
Un legado que conmueve al mundo
La reacción masiva al fallecimiento del papa Francisco demuestra la huella profunda que dejó en la Iglesia y en la sociedad mundial, especialmente entre comunidades históricamente marginadas.
Su enfoque en los pobres, los migrantes y el medioambiente lo convirtieron en un referente espiritual más allá del catolicismo.
Para muchos fieles hispanos en Estados Unidos, Francisco representó una voz cercana, empática y valiente, que no dudó en alzar la voz en defensa de los migrantes y los derechos humanos, temas de gran relevancia para la comunidad latina.
Su despedida multitudinaria es también un reflejo del cariño que sembró a lo largo de su pontificado.
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