El Ozempic, un medicamento originalmente diseñado para tratar la diabetes tipo 2 y ha ganado popularidad en los últimos años como una herramienta para perder peso.
Sin embargo, con la fama también llegan rumores y desinformación. ¿Es realmente seguro? ¿Cuáles son los riesgos y beneficios? A continuación, exploramos ocho mitos y verdades sobre este polémico medicamento.
Mito: Es solo para la diabetes

Verdad: Aunque su principal indicación es controlar los niveles de azúcar en sangre en pacientes con diabetes tipo 2, su capacidad para reducir el apetito y promover la pérdida de peso ha llevado a que se use “off-label” (fuera de indicación aprobada) para adelgazar.
Mito: Es seguro para cualquiera
Verdad: No todos pueden usar Ozempic. Este medicamento debe ser prescrito por un médico y no se recomienda para personas con antecedentes de pancreatitis, ciertos tipos de cáncer o problemas renales graves.
Mito: No tiene efectos secundarios

Verdad: Como cualquier medicamento, Ozempic puede causar efectos secundarios. Los más comunes incluyen náuseas, vómitos y diarrea. En casos raros, puede aumentar el riesgo de inflamación pancreática o problemas tiroideos.
Ozempic puede causar efectos secundarios
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Mito: Ayuda a perder peso rápido
Verdad: Si bien puede ayudar con la pérdida de peso, los resultados no son inmediatos ni garantizados. Además, debe ir acompañado de una dieta saludable y ejercicio para maximizar sus beneficios.
Mito: No hay que cambiar de vida
Verdad: Usar Ozempic sin ajustar tus hábitos alimenticios o tu nivel de actividad física no tendrá el impacto deseado. Es una herramienta complementaria, no una solución mágica.
Precauciones antes de usar Ozempic
Consulta médica obligatoria: Nunca lo uses sin receta.
Sigue las indicaciones: Usa la dosis recomendada por tu médico.
Monitorea los efectos secundarios: Informa cualquier reacción adversa de inmediato.
Checa la información de la FDA.
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