“La desaparición de 270 personas no puede ignorarse. Se trata de vidas humanas, de familias enteras en incertidumbre”, advirtió la ONU en un informe que estremece a la comunidad internacional.
La noticia es demoledora. Según el último reporte de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), al menos 270 migrantes han desaparecido tras ser deportados desde Estados Unidos a México por el estado de Sonora, en la frontera norte. Los hechos, ocurridos entre 2021 y 2023, han despertado una profunda preocupación sobre el destino de estas personas y la falta de protocolos de protección tras su repatriación.
Un drama creciente

Los migrantes, en su mayoría centroamericanos, habrían sido deportados por puntos fronterizos donde la violencia y el control del crimen organizado son alarmantes.
El informe publicado el 15 de mayo por la ACNUDH destaca que la zona de repatriación no era segura y que los migrantes “fueron expuestos a riesgos extremos, incluyendo desapariciones, trata de personas y otras violaciones de derechos humanos”.
Según el organismo, no hubo coordinación efectiva entre Estados Unidos y México para garantizar la seguridad de estas personas.
En muchos casos, ni siquiera se les informó sobre los peligros que enfrentaban al cruzar de regreso.
La ONU urgió a ambos países a investigar estas desapariciones de manera inmediata y transparente.
Además, exigió la implementación de mecanismos de alerta temprana y protección humanitaria, especialmente para los más vulnerables:
Mujeres, menores y solicitantes de asilo.
La portavoz del ACNUDH, Marta Hurtado, subrayó: “Estos 270 casos representan una fracción del problema”
Es probable que haya más personas desaparecidas cuyos casos ni siquiera han sido denunciados
Marta Hurtado
¿Qué pueden hacer los hispanos?

Este llamado resuena especialmente entre la comunidad hispana en EE.UU., muchos de los cuales tienen familiares o amigos que enfrentan estos riesgos al intentar regresar a sus países.
Las organizaciones de derechos humanos y migrantes han iniciado campañas de denuncia y presión para que se investiguen estos casos y se protejan futuras deportaciones.
Es crucial informarse, compartir esta información y exigir rendición de cuentas.
Cada vida desaparecida representa una tragedia personal y colectiva que no puede quedar en silencio.
Hasta el momento, ni el Departamento de Seguridad Nacional de EE.UU. ni el Instituto Nacional de Migración en México han ofrecido una respuesta concreta a este reporte.
Sin embargo, el tema ya comienza a escalar en redes sociales, donde familiares de migrantes desaparecidos comparten nombres, fotos y súplicas en busca de ayuda.
La comunidad internacional mira con preocupación, pero también con la esperanza de que la presión social derive en acciones reales.
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