La música tropical y la gastronomía no solo son dos de los elementos más representativos de la cultura latina, sino que, juntos, forman una experiencia multisensorial que conecta a las personas con sus raíces, su identidad y su alegría de vivir.
Ya sea disfrutando de un plato de ropa vieja mientras suena un son cubano, o bailando una cumbia colombiana con un ceviche en mano, esta fusión de sabores y sonidos es una fiesta para los sentidos. “La comida y la música son expresiones culturales inseparables; cada plato tiene su ritmo y cada canción su sazón”, comenta el chef y musicólogo colombiano Juan Carlos Rojas en una entrevista con BBC Mundo.
Ritmos que abren el apetito

Cada estilo musical tropical guarda una relación profunda con los sabores de su región.
Esta conexión se ha trasladado a la experiencia gastronómica latina en Estados Unidos, donde los restaurantes y eventos culturales han adoptado este “maridaje” como parte esencial de su oferta.
Salsa y mofongo (Puerto Rico): La intensidad de la salsa —con sus metales brillantes y percusión rápida— va de la mano con el sabor contundente del mofongo, especialmente cuando se acompaña con camarones al ajillo o carne frita.
Cumbia y asado (Colombia/Argentina): La cadencia envolvente de la cumbia hace de fondo perfecto para una tarde de parrillada, donde la carne asada y las empanadas celebran la unión familiar.
Merengue y mangú (República Dominicana): El ritmo enérgico del merengue armoniza con el mangú con queso frito y salami, plato típico del desayuno dominicano, pero amado a cualquier hora.
Un ingrediente clave

En ciudades como Miami, Nueva York, Houston, Los Ángeles y Chicago, donde la comunidad latina ha dejado una huella cultural fuerte, restaurantes y locales han integrado la música tropical como parte de su propuesta gastronómica.
Establecimientos como Versailles en Miami, La Fonda Boricua en Harlem, o Gallo Pinto en Los Ángeles no solo ofrecen platillos tradicionales de la cocina cubana, boricua o centroamericana, sino también noches de salsa, bachata y merengue en vivo, creando un ambiente de fiesta constante que celebra lo mejor de nuestra cultura.
Además, muchos restaurantes ofrecen experiencias con DJs latinos o presentaciones de músicos locales, permitiendo que la experiencia culinaria se convierta en un evento cultural completo.
La música tropical y la gastronomía son el maridaje perfecto para una experiencia sensorial inolvidable
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Festivales que celebran el sabor y el ritmo

En EEUU, los festivales latinos han sabido aprovechar la sinergia entre la música tropical y la comida.
Eventos como el famoso Calle Ocho Festival en Miami, que atrae a más de un millón de personas cada año, combinan conciertos en vivo con decenas de puestos de comida latina, desde arepas venezolanas hasta tacos al pastor.
Otro ejemplo es el Gran Festival de la Cumbia en Chicago, donde se presentan artistas como Grupo Cañaveral, Los Ángeles Azules o Sonora Dinamita, mientras los asistentes disfrutan de platillos típicos de Colombia, México y Centroamérica.
Tradición que une generaciones
Más allá de una moda, esta fusión entre música y comida es una expresión cultural arraigada.
Para muchos hispanos en Estados Unidos, estos momentos no son solo una salida social: son un regreso a casa, una forma de mantener vivas las costumbres y transmitirlas a las nuevas generaciones.
En un mundo donde todo pasa rápido, comer con ritmo es una forma de reconectar con lo que somos: una comunidad diversa, alegre, y profundamente orgullosa de su herencia.
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