El Senado estatal de Texas aprobó este sábado un nuevo mapa electoral del Congreso, lo que representa un paso clave dentro de la estrategia del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para mantener la mayoría republicana en la Cámara de Representantes en las elecciones legislativas de medio término previstas para noviembre de 2026.
El voto en el Senado de Texas

La votación en la Cámara Alta texana concluyó con 18 votos a favor y 11 en contra, con apoyo unánime de los republicanos y la oposición de los demócratas, quienes denunciaron la medida como un intento de manipulación electoral para asegurar ventajas políticas.
El gobernador de Texas, Greg Abbott, celebró la decisión y aseguró en su cuenta de X (antes Twitter) que promulgará el nuevo mapa tan pronto llegue a su despacho.
“Este mapa refleja las verdaderas preferencias electorales de los tejanos, y espero con ansias promulgarlo”, escribió Abbott, defendiendo que los distritos responden a la realidad política del estado.
El rediseño de los distritos podría otorgar a los republicanos hasta cinco escaños adicionales en la Cámara de Representantes.
Actualmente, el partido conserva una mayoría ajustada en Washington, por lo que cada distrito ganado en estados clave como Texas puede resultar determinante para el control legislativo.
Los demócratas, por su parte, advirtieron que el nuevo mapa electoral es un ejemplo más de gerrymandering —la manipulación de los límites distritales con fines partidistas— y anunciaron que lo impugnarán en los tribunales.
La congresista Suzan DelBene, presidenta del Comité de Campaña Demócrata del Congreso (DCCC), criticó la medida.
“Estamos viendo cómo los demócratas de todo el país responden y contraatacan para garantizar que los republicanos de Washington no puedan arrebatar la mayoría en la Cámara”, dijo en un comunicado.
Contexto nacional: otros estados redibujan distritos

El caso de Texas no es aislado.
Apenas dos días antes, legisladores demócratas en California aprobaron un nuevo mapa electoral en su estado, diseñado para inclinar la balanza en favor de los republicanos en cinco distritos.
Esta situación refleja la dinámica nacional: ambos partidos buscan maximizar sus ventajas en la redistribución de distritos, un proceso que ocurre cada década tras el censo, pero que en estados políticamente polarizados suele reabrirse antes de elecciones cruciales.
Tradicionalmente, las elecciones legislativas en años intermedios tienden a favorecer al partido que no ocupa la Casa Blanca.
Con Trump como presidente, los republicanos enfrentan el reto de defender su mayoría, mientras que los demócratas intentarán capitalizar el descontento en distritos competitivos.
Texas, con su peso demográfico y su creciente población hispana, juega un papel clave en el panorama electoral.
Los nuevos mapas podrían impactar directamente la representación de comunidades latinas, que en muchos distritos han reclamado una distribución más justa para reflejar su peso poblacional.
Relevancia para los hispanos en EE.UU.
Para los hispanos residentes en Texas y otros estados, la aprobación de nuevos mapas electorales significa cambios en quién los representa en el Congreso.
En distritos donde la comunidad latina es mayoritaria, los ajustes pueden influir en la forma en que se defienden temas como la reforma migratoria, acceso a la salud, empleo y educación.
Organizaciones defensoras de los derechos civiles ya han advertido que vigilarán el impacto de estos rediseños distritales en el voto latino, dado que la manipulación política de los límites podría reducir su influencia en el Congreso pese a ser la minoría de mayor crecimiento en el país.
Con Texas y California moviéndose casi en simultáneo en la redefinición de distritos, el panorama político se vuelve aún más polarizado de cara a 2026.
Lo que está en juego no es solo el control de la Cámara Baja, sino la capacidad de uno u otro partido de avanzar sus agendas legislativas en los próximos años.
La batalla por los mapas recién comienza, y es casi seguro que terminará en los tribunales, donde jueces federales decidirán si los nuevos diseños cumplen con la ley de derechos electorales o si, como acusan los demócratas, buscan limitar la representatividad de las minorías.
Este mapa refleja las verdaderas preferencias electorales de los tejanos, y espero con ansias promulgarlo
Greg Abbot, gobernador de Texas