El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, generó revuelo al bromear sobre su deseo de convertirse en el próximo Papa, tras el fallecimiento del Papa Francisco el 21 de abril de 2025.
Durante una rueda de prensa en la Casa Blanca, Trump declaró: “Me gustaría ser papa. Esa sería mi opción número uno”, comentario que, aunque en tono jocoso, ha sido interpretado por algunos como una estrategia para conectar con su base cristiana conservadora.
Apoyo al Cardenal Timothy Dolan

En la misma ocasión, Trump elogió al Cardenal Timothy Dolan, arzobispo de Nueva York, calificándolo como “muy bueno” y sugiriendo su idoneidad para el papado.
Dolan, de 75 años, es conocido por su carisma y liderazgo dentro de la Iglesia Católica en Estados Unidos.
Ha participado activamente en eventos nacionales, incluyendo la oración inaugural en las ceremonias de investidura presidencial de Trump en 2017 y 2025.
Participación en el Cónclave de 2025

El Cardenal Dolan será uno de los diez cardenales estadounidenses con derecho a voto en el cónclave que comenzará el 7 de mayo de 2025 para elegir al sucesor del Papa Francisco.
Aunque su nombre ha sido mencionado en discusiones previas sobre posibles papables, su nacionalidad estadounidense podría ser un factor en contra, dado que la Iglesia Católica nunca ha tenido un Papa de Estados Unidos.
Reacciones y contexto político

Las declaraciones de Trump han sido recibidas con escepticismo y humor en diversos círculos.
Si bien no es católico ni miembro del clero, su comentario ha sido visto como una forma de mantenerse en el centro de la atención mediática y reforzar su conexión con votantes religiosos.
El senador Lindsey Graham incluso bromeó en redes sociales, llamando a Trump un “candidato sorpresa” para el papado.
El presidente de Estados Unidos bromeó sobre con convertirse él mismo en Papa, pero ahora dio el nombre del Cardenal de Nueva York como su opción predilecta
Perspectivas para el nuevo Papado
Además del Cardenal Dolan, otros nombres mencionados como posibles sucesores incluyen al Cardenal Luis Tagle de Filipinas, al Cardenal Peter Erdo de Hungría y al Cardenal Fridolin Ambongo de la República Democrática del Congo.
La elección del nuevo Papa será observada de cerca por fieles de todo el mundo, especialmente por la comunidad hispana en Estados Unidos, que representa una parte significativa de la Iglesia Católica en el país.
La elección del nuevo pontífice no solo definirá el rumbo espiritual de la Iglesia del Vaticano, sino que también tendrá implicaciones sociales y políticas para comunidades católicas en todo el mundo, incluyendo a los hispanos en Estados Unidos.
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