Con el paso de los años, Chiquinquirá Delgado y Jorge Ramos se han consolidado como una de las parejas más apreciadas dentro del mundo de la televisión.
Aunque ambos suelen mantener su vida sentimental lejos del exceso de exposición, de vez en cuando comparten pequeños detalles —una fotografía, una frase en una entrevista o una historia divertida— que permiten ver cómo es su convivencia. Esa combinación entre discreción y cercanía con el público es parte de lo que ha hecho que muchos los miren con cariño.
Esta semana, Chiquinquirá asistió a la Gala Inaugural del Top 100 de Latina Powerhouse de la revista ¡HOLA!, un evento en el que se reunió con otras personalidades y, como suele ocurrir en alfombras rojas, también atendió a medios.
Ahí fue donde la presentadora compartió una anécdota poco conocida sobre los inicios de su relación con Jorge Ramos, específicamente en 2011, cuando estaban comenzando a salir.
Durante una entrevista con Despierta América mientras caminaba por la alfombra roja, Chiquinquirá contó que Jorge la sorprendió con un regalo que, para muchas personas, sería considerado perfecto: un objeto elegante, exclusivo y con cierto aire clásico.
“Cuando empecé a salir con Jorge me regaló un collar de perlas negras”, relató. La elección, en teoría, tenía lógica: las perlas suelen asociarse con sofisticación y las perlas negras, por su rareza, pueden percibirse como un detalle aún más especial. Es fácil imaginar que Jorge pensó que estaba entregando un obsequio memorable, de esos que suelen emocionarle a cualquiera.
La honestidad de Chiqui Delgado sobre el regalo de Jorge Ramos
Pero la reacción de Chiquinquirá no fue la que él esperaba. Ella misma lo contó entre risas, admitiendo que su cara la traicionó en el instante en que abrió el paquete: “Cuando abrí el regalo no pude simular mi cara”, confesó, dejando claro que su expresión fue totalmente transparente. Sin embargo, también aclaró que esa reacción no fue un rechazo hacia él ni una falta de agradecimiento, sino una cuestión de gustos personales.
De manera directa, explicó el motivo: “Nunca me han gustado las perlas, ¡y negras menos!”, dijo ante cámara, dándole al momento un tono divertido y honesto.
Lejos de convertirse en un conflicto, la situación funcionó como una especie de aprendizaje temprano para la pareja: Chiquinquirá pudo dejar claro cuáles son sus gustos, y Jorge tuvo que ajustar el rumbo como cualquier persona que quiere acertar con un detalle romántico.
Según ella misma contó, la historia terminó de forma sencilla y práctica: “El pobre hombre tuvo que ir a devolver el regalo”, relató, rematando la anécdota con humor.
Al final, el episodio refleja una dinámica muy humana: la importancia de conocerse, de comunicar preferencias sin dramatizar y de entender que incluso un regalo lujoso puede no ser el indicado si no coincide con la personalidad de quien lo recibe.
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