NASCAR nació en 1948, en plena era de los muscle cars, cuando los autos que corrían en las pistas eran muy similares a los que se veían en las calles. Ford, Chevrolet, Dodge y Pontiac eran los gigantes de ese entonces, y sus modelos se modificaban apenas lo necesario para competir.
Los primeros autos de NASCAR tenían carrocerías pesadas, techos altos y motores V8 con un rugido inconfundible. No había tecnología digital ni aerodinámica avanzada. Todo era potencia bruta y valentía. A lo largo de los años, los autos fueron transformándose radicalmente. Aquí algunos hitos:
Del garaje a la gloria

Décadas de 1960 y 70: Se introdujeron mejoras en seguridad y aerodinámica. Llegaron los primeros spoilers y sistemas de frenos más eficientes.
1980s: Se estandarizan las especificaciones para igualar la competencia. Aparece la famosa “car of tomorrow”.
2000s: Se incorpora tecnología en monitoreo, telemetría y combustible más limpio. Se da paso a una nueva era de seguridad con jaulas antivuelco reforzadas y dispositivos HANS.
¿Cómo es un auto de NASCAR hoy?

Los autos actuales tienen:
Motores V8 de 5.8 litros con más de 670 caballos de fuerza
Velocidades que superan las 200 mph (320 km/h)
Chasis reforzado y cabina de seguridad
Sistemas de combustible sellado
Transmisión secuencial de 5 velocidades (desde 2022 con los Next Gen)
Todo está optimizado para máxima seguridad, rendimiento y durabilidad.
El futuro es híbrido… y eléctrico

NASCAR ya ha comenzado a trabajar en una transición hacia un futuro más sostenible.
Aunque el sonido del motor es parte icónica del deporte, el enfoque ambiental está cobrando fuerza:
Next Gen Cars (2022–): Incorporan elementos más estandarizados, ligeros y adaptables para futuras versiones híbridas.
Se espera que en 2025–2026, NASCAR introduzca una serie de pruebas con autos híbridos, posiblemente combinando motor eléctrico con combustión.
A largo plazo, se estudia una posible categoría 100% eléctrica, al estilo de la Fórmula E, pero con identidad NASCAR.
NASCAR cambia, pero la pasión sigue intacta
Desde los días de los autos clásicos hasta las propuestas eléctricas del futuro, la esencia de NASCAR sigue viva: velocidad, emoción y competencia.
La comunidad latina en EEUU, cada vez más presente en las gradas y frente a la pantalla, también está lista para vivir esta transformación del deporte motor.
Y tú? ¿Prefieres el rugido de los V8 o el silencio eléctrico?
Comparte esta nota y sigue aprendiendo sobre el mundo de NASCAR… porque el futuro también se corre a toda velocidad.
Se estudia una posible categoría 100% eléctrica, al estilo de la Fórmula E, pero con identidad NASCAR
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