Las operaciones de búsqueda y rescate en Myanmar (Birmania) han entrado en una etapa crítica este lunes, a 72 horas del potente terremoto que sacudió el centro-norte del país el pasado viernes. Según cifras oficiales de la junta militar, al menos 1,700 personas han muerto y más de 3,400 han resultado heridas, aunque fuentes independientes advierten que el número de fallecidos podría superar los 3,000.
El sismo, de magnitud 7.1 en la escala de Richter, tuvo su epicentro en la región de Sagaing, al noroeste del país. Se trata de una zona montañosa y de difícil acceso que ha sido escenario de intensos conflictos armados entre el Ejército y grupos rebeldes étnicos. Decenas de réplicas menores han seguido sacudiendo la región, complicando las tareas de rescate y evaluación de daños.
Rescates milagrosos en Mandalay
En la ciudad de Mandalay, la segunda más grande de Myanmar, se reportaron varios rescates esperanzadores este lunes.
Según la emisora estatal MRTV, controlada por el régimen militar, un equipo de rescate chino logró salvar a un niño de cinco años, a una mujer embarazada y a otra joven de 29 años, quienes permanecían atrapados desde hacía más de 60 horas bajo los escombros de un edificio colapsado.
También se informó del rescate de otra mujer en el hotel Great Hall de la misma ciudad.
Todos fueron trasladados a hospitales cercanos para recibir atención médica.
Sin embargo, estos casos son la excepción en medio de una emergencia humanitaria de gran escala, marcada por la falta de acceso, recursos limitados y escasa transparencia por parte del régimen.
Acceso restringido a zonas devastadas
Las organizaciones humanitarias internacionales han reportado serias dificultades para ingresar a las zonas más afectadas.
Los aeropuertos de Mandalay y Naipyidó, la capital, se mantienen cerrados debido a los daños sufridos en pistas e infraestructura básica.
En Sagaing, región conocida por su resistencia al régimen militar, la situación es aún más grave.
La Cruz Roja de Myanmar indicó que alrededor del 70% de la ciudad ha quedado destruida, pero el acceso sigue siendo extremadamente limitado, en parte porque esta zona está bajo el control de milicias rebeldes y no del Ejército.
Crisis política agrava la emergencia
Desde el golpe militar de 2021, Myanmar, conocida en español como Birmania, vive en un estado de inestabilidad política constante.
La junta militar, liderada por Min Aung Hlaing, ha enfrentado resistencia armada de grupos étnicos y del Gobierno de Unidad Nacional (NUG), una administración en el exilio que se declara la autoridad legítima del país.
El NUG acusó este lunes a las fuerzas armadas de llevar a cabo al menos 11 bombardeos en distintas regiones del país desde el terremoto, a pesar de haber ofrecido una tregua temporal para facilitar la entrega de ayuda humanitaria.
Esta situación complica aún más los esfuerzos de rescate, ya que muchas áreas afectadas por el terremoto también son zonas de conflicto armado.
Impacto regional del terremoto
While everyone is showing how big hotels and roof top swimming pools in Bangkok during earthquake, we often forget more than 1500 have died in Myanmar and people are still bringing out survivors digging the debris in their bare hands! pic.twitter.com/GRlg0R20YO
— Ashok Swain (@ashoswai) March 29, 2025
El sismo no solo afectó a Myanmar. En la capital tailandesa, Bangkok, se sintió con fuerza.
Allí se reportó el colapso parcial de un rascacielos en construcción, que dejó al menos 18 muertos y decenas de desaparecidos.
También se registraron daños en la provincia china de Yunnan, fronteriza con Myanmar, aunque sin víctimas mortales confirmadas hasta el momento.
¿Qué significa esto para los hispanos en EEUU?
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Para los hispanos que residen en Estados Unidos, especialmente aquellos con familiares o vínculos con el sudeste asiático, esta tragedia representa una preocupación directa.
Además, muchas organizaciones humanitarias con sede en EEUU están trabajando para coordinar ayuda internacional, aunque enfrentan grandes obstáculos logísticos.
Este desastre también pone de relieve cómo los conflictos políticos internos pueden empeorar las consecuencias de una catástrofe natural, dificultando el acceso a ayuda y aumentando el sufrimiento de las poblaciones más vulnerables.
Se recomienda a quienes deseen colaborar con las víctimas hacerlo a través de organizaciones confiables como la Cruz Roja Internacional, UNICEF o Médicos Sin Fronteras, quienes ya han desplegado operativos en la región.
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