Pocas obras en la historia del continente han sido examinadas tantas veces como la tilma de Juan Diego, la imagen de la Virgen de Guadalupe que millones de creyentes veneran desde 1531. A lo largo de más de un siglo, laboratorios, fotógrafos científicos, restauradores y expertos en química de pigmentos han intentado responder una pregunta central:
¿De qué están hechos los colores que forman la imagen? La respuesta corta es sorprendente: no existe un consenso científico claro, pero sí datos verificados que permiten entender mejor qué se sabe… y qué sigue siendo un misterio.
1. No hay rastros de pigmentos visibles en la tilma
🌹Entre el 9 y el 12 de diciembre de 1531 la Virgen de Guadalupe se apareció a San Juan Diego en el Tepeyac.✨
🌹En 1945 el papa Pío XII la proclamó “Reina de México y Emperatriz de América”.✨
🌹En 1999 san Juan Pablo II la declaró “Patrona de toda América”.✨ pic.twitter.com/AVkFPOhCEY
— DianaM🇺🇲❤️🔥🇲🇽 (@DianaMargot_) December 11, 2025
Uno de los descubrimientos más citados proviene del estudio realizado por Richard Kuhn, Premio Nobel de Química, quien analizó fibras de la tilma a pedido de la Iglesia en el siglo XX.
Su conclusión: los pigmentos no corresponden a tintes vegetales, minerales o animales conocidos en obras del siglo XVI.
Otros análisis, incluyendo estudios con luz infrarroja, detectaron que la imagen carece de pinceladas superpuestas, algo inusual para una pintura de la época. Aunque la Iglesia aclara que esto no demuestra un origen milagroso, sí lo convierte en un caso singular para historiadores del arte.
2. Los colores no muestran deterioro normal para una obra del siglo XVI
La tilma está hecha de ayate, una fibra de maguey que, en condiciones normales, debería durar entre 15 y 40 años antes de desintegrarse.
Sin embargo, la tela ha sobrevivido casi 500 años, expuesta durante siglos a humo de veladoras, manipulación humana, humedad y contaminación.
En análisis realizados en la década de 1970, expertos señalaron que:
Los colores no se han craquelado como ocurre con pinturas antiguas.
No existe una capa de preparación tradicional, como imprimatura o selladores.
La pigmentación sigue adherida a la fibra sin desprendimiento evidente.
Estos hallazgos desconciertan a especialistas en conservación porque no coinciden con el comportamiento normal de pinturas coloniales.
3. Sí existen añadidos posteriores (pero la imagen central permanece intacta)
¿Milagro o ciencia? 🤯
La Tilma de la Virgen de Guadalupe sigue revelando secretos a 500 años Nuevas investigaciones han desenterrado hallazgos que desafían la lógica: 🎵 Música:
¿Las estrellas y flores ocultan notas musicales que forman una melodía? ✨ Astronomía: Las 46… pic.twitter.com/0PlJVTPz8Z
— Fuerza Informativa Azteca (@AztecaNoticias) December 12, 2025
Algo importante y totalmente documentado: la imagen ha recibido añadidos posteriores, sobre todo en el siglo XVII.
Los estudios confirman que: El angelito y los rayos dorados muestran pigmentos típicos del barroco mexicano. El borde del manto también fue retocado en siglos posteriores. La imagen del rostro, las manos y el vestido no presentan repintes detectables.
Esto permite distinguir entre la obra original (que sigue siendo científicamente desconcertante) y elementos decorativos añadidos por artistas coloniales.
4. ¿Pigmentos naturales, polvo mineral o algo que aún no se clasifica?
Investigadores como Philip Callahan, biofísico de la NASA, concluyeron tras estudios fotográficos que los pigmentos de la tilma fluorescen de forma distinta a los de pinturas tradicionales.
No se ha podido clasificar la composición con las técnicas utilizadas hasta ahora, aunque especialistas advierten que la falta de muestras directas limita los resultados.
Lo que sí es concluyente: La ciencia no ha identificado un método pictórico convencional en la imagen central.
No se ha detectado: Aceites, Témperas, Pigmentos minerales comunes, Aglutinantes animales o vegetales
El origen exacto de los colores sigue sin explicación completa.
¿Por qué importa este tema para los latinos en EE.UU.?
Para muchos devotos, el misterio no es un problema, sino una fuente de fe.
Pero incluso para quienes se acercan desde la ciencia o la historia, la tilma es un documento cultural que revela la mezcla única de tradiciones indígenas y cristianas que dieron origen a México y que hoy forman parte esencial de la identidad latina en Estados Unidos.
En un país donde millones de inmigrantes buscan raíces, estabilidad y sentido de pertenencia, la Virgen de Guadalupe sigue siendo un símbolo unificador.
Comprender la historia detrás de sus pigmentos es, en parte, entender también cómo se construyó una identidad que resiste el paso del tiempo.
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