Lionel Messi, capitán de la Selección Argentina y figura de Inter Miami en la MLS 2025, ofreció una entrevista sincera y profunda en la que habló sobre un rasgo que lo ha acompañado durante toda su carrera: su manera intensa y emocional de vivir el fútbol. La charla, realizada en el marco de los 25 años de SportsCenter, permitió ver a un Messi más humano, honesto y consciente de su propio temperamento competitivo.
Messi reconoció que su personalidad cambia por completo cuando pisa una cancha: “Siempre fui así. Cuando entro, mi personalidad cambia. Afuera soy tranquilo, pero adentro me transformo. Grito, discuto y quiero que todo salga perfecto. Me pasa desde chico y todavía hoy no lo controlo del todo”, explicó el argentino.
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Sus declaraciones llegan días después del picante cruce que protagonizó con Maxi Moralez durante la final de la Conferencia Este, donde Inter Miami goleó 5-1 a New York City.
Aunque Messi no mencionó nombres, sus palabras encajaron con ese episodio que rápidamente se volvió viral entre los fanáticos, especialmente en la comunidad latina en Estados Unidos.
El astro reconoció que, en medio de la competencia, las emociones se desbordan:
“Es parte del juego y queda ahí. Yo juego para ganar y me caliento. A veces uno no puede controlar las emociones».
«En frío, viendo las cosas desde afuera, muchas no me gustan, pero lo que pasa en la cancha termina en la cancha”, dijo Messi con franqueza.
El cruce entre Messi y Maxi Moralez
Todavía hoy no lo controlo del todo
Lionel Messi
El encuentro entre Inter Miami y New York City dejó un momento que se convirtió en uno de los más comentados de la temporada 2025.
Todo surgió cuando Maxi Moralez golpeó con el codo, sin pelota, al jugador Maximiliano Falcón, lo que desató la reacción inmediata de varios futbolistas del equipo de Miami.
Messi fue el primero en encarar al mediocampista argentino.
Ambos quedaron cara a cara, elevando la tensión en la cancha mientras sus compañeros intervenían para separarlos.
Moralez terminó amonestado por la acción, al igual que Marcelo Weigandt, que se sumó a los reclamos.
Rodrigo De Paul —que sigue siendo uno de los jugadores más temperamentales del plantel— también tuvo un cruce con Moralez tras el segundo gol de Miami.
A pesar del momento caliente, tanto Messi como el resto de los involucrados bajaron la intensidad al finalizar el partido, dejando claro que la competencia se queda dentro del campo.
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