En Houston, Texas, una ciudad donde la comunidad latina representa casi la mitad de la población, las redadas de ICE (Immigration and Customs Enforcement) se han convertido en parte de la rutina diaria.
Ante el temor y la incertidumbre, dos ciudadanos mexicanos naturalizados, Martina Grifaldo (62) y Francisco Mendoza (57), han decidido actuar: cada día patrullan las calles y transmiten en vivo para alertar a la comunidad sobre posibles operativos de inmigración.
Patrullajes desde la madrugada

Martina inicia sus transmisiones en Facebook con un saludo:
“Buenos días, guerreros. Cuídense mucho y que todos regresen a casa con bien”.
Acompañada de Francisco, recorre barrios latinos desde las 5:00 de la mañana, documentando cualquier movimiento sospechoso de agentes migratorios.
La página que administran, con más de 170 mil seguidores, se ha convertido en un canal de información vital para miles de familias.
“Comenzamos el día preguntando cómo están las carreteras, porque muchas veces allí es donde aparecen los retenes de ICE”, explica Martina, directora de la ONG Alianza Latina Internacional.
En cada transmisión, la comunidad participa activamente, enviando mensajes, fotos y videos que permiten identificar redadas y puntos de riesgo en tiempo real.
El “hielo” que persigue a los migrantes

Que todos regresen a casa con bien
Martina Grifaldo
En sus publicaciones, Martina y Francisco suelen usar el símbolo de un cubo de hielo junto a un policía, aludiendo al acrónimo de ICE, que en inglés significa “hielo”.
Con este lenguaje, piden a la gente reportar ubicaciones de agentes migratorios.
Francisco cuenta que muchas veces los supuestos agentes no portan uniforme ni muestran órdenes de arresto en las redadas:
“Llegan en camionetas, enmascarados y con chalecos tácticos, como si fueran militares. La gente queda aterrorizada”.
Aunque ICE ha negado el uso de cazarrecompensas, en la práctica las denuncias de abuso siguen creciendo.
Historias de resistencia

Las transmisiones en vivo no solo generan información, también crean comunidad.
En un restaurante de comida rápida, un grupo de trabajadoras salvadoreñas les ofrece comida en agradecimiento.
Una de ellas, Elizabeth, madre de 35 años, les confiesa:
“Ellos se arriesgan por nosotros. Si me detienen, mi madre enferma y mi hijo quedarían desamparados”.
Francisco recuerda que, a pesar de la narrativa que criminaliza a los indocumentados, estos aportan significativamente al país:
“Pagamos impuestos federales y estatales, pero no recibimos beneficios a cambio”.
De acuerdo con el American Immigration Council, en 2023 los inmigrantes sin documentos contribuyeron con casi 90 mil millones de dólares en impuestos en EE.UU.
Tras horas de patrullaje, Martina publica su último mensaje:
“Buenas noches, guerreros. Mañana seguiremos resistiendo”.
Para ella y Francisco, la misión es clara:
Dar voz, acompañar y proteger a los migrantes frente a una política de redadas que sigue golpeando a la comunidad latina en 2025.
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